Parece que por mucho que se empeñen ciertas informaciones en bañar de optimismo el futuro, no acaba de cuajar en los inversores.
La horizontal es lo predominante en índices de referencia como el S&P y el Dow Jones. Quizá, seguramente aguantado por la Fed, empecinada en inyectar liquidez en sectores con modelos de crecimiento saturados y obsoletos.
En otra escala encontramos los índices bursátiles de las economías más relevantes, si se quiere decir así. Ejemplo de ello es el Ibex, que no acaba de romper claramente los 8.000.
Parece que las divisas son las que han acaparado la consolidación bajista haciendo que los pares sean carnaza para los bajistas en el corto y medio plazo.
Lo del sentimiento del mercado es evidente si hay que jugar con dinero y si las recesiones comienzan a aparecer en economías que parecían ajenas a los problemas globales. Seguramente si no hay nadie que guarde un "as" en la manga, la tónica del 2013 pasa por los cortos. Ya nadie se cree definitivamente los mensajes de los políticos y lo que aun es más grave, de los "mandamases" de las instituciones como la Fed, el BCE, el FMI y el BM.
Pensar en largos es aventurarse a lo desconocido. Mejor me quedo como estoy o me voy a la baja. Mientras, seguirán bombardeando con datos interpretados sin hacer lo que toca hacer: resetear modelos, indicadores, instituciones y reorganizar las bases. No podemos estar reflexionando sobre lo que fuimos y lo que podemos llegar a ser si no hay un cambio de perspectiva a la hora de plantear nuevos horizontes.